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Guía de la Hepatitis B Para Personas Que Viven Con VIH
junio de 2009 Sección 10: Vivir con Infección Crónica por VHBProbablemente, el aspecto más importante a la hora de tratar un problema médico es disponer del tiempo y el apoyo para informarse mejor respecto a las decisiones que afectan a tu salud. Muchos pacientes diagnosticados de infección crónica por VHB deciden aprovechar para hacer un examen de su situación a fin de reducir el estrés y mejorar tanto su calidad de vida como su salud general. Algunos de los cambios en el estilo de vida que se abordan más abajo pueden reducir el riesgo de progresión de la infección por VHB, especialmente el disminuir o evitar el consumo de alcohol. Dejar de fumar, comer mejor, descansar adecuadamente, hacer ejercicio, así como otras formas de reducción del estrés son importantes para la salud de todo el mundo. Alcohol y VHBSe sabe que el consumo de alcohol es dañino para el hígado. La ingestión de alcohol en cantidades superiores a los 50 gramos diarios (cuatro o cinco vasos de vino, cerveza o cócteles) en el caso de los hombres y más de 30 gramos al día (dos o tres vasos de vino, cerveza o cócteles) en el caso de las mujeres está relacionada claramente con un desarrollo más rápido de la enfermedad hepática. El alcohol produce daños en el hígado aumentando tanto la inflamación como la cicatrización. Como no se ha determinado qué cantidad de alcohol no resulta dañina para las personas con enfermedad hepática, cuanto menos bebas, mejor será para tu hígado. Muchos médicos recomiendan una abstinencia total de alcohol. Alcohol y daño hepáticoEl alcohol se degrada principalmente en el hígado y, durante este proceso, se generan subproductos que dañan a este órgano más que el propio alcohol. Una inflamación prolongada debido al consumo de alcohol durante mucho tiempo provoca una sobreproducción de unas moléculas denominadas radicales libres, que pueden destruir el tejido hepático sano, afectando así a la función hepática. El alcohol también puede alterar la producción de antioxidantes, que protegen el organismo frente al daño provocado por los radicales libres. La combinación del aumento de los radicales libres y la pérdida de antioxidantes puede contribuir al daño hepático. Las mujeres pueden estar más expuestas que los hombres a los efectos dañinos del alcohol. Beber menos (o nada en absoluto) puede resultar muy difícil para algunas personas. Algunas reducen o abandonan el consumo por sí mismas, mientras que para otras es mejor acudir a grupos de apoyo, el counselling y/o la farmacoterapia. En el recuadro, se ofrece una lista de recursos disponibles.
Drogas recreativasEl hígado es el órgano que procesa la mayoría de las drogas recreativas. Es probable que estas sustancias contengan impurezas y otros ingredientes desconocidos. Si consumes drogas inyectables, emplea material nuevo y esterilizado (aguja, calentador, filtro, agua, ligaduras y jeringa de medir) cada vez para protegerte frente a la hepatitis C y otras infecciones. Las personas que consumen de forma habitual drogas recreativas puede que no duerman lo suficiente o que no coman bien, y es posible que estén sometidos a mucho estrés. Por estos motivos, el consumo de drogas recreativas (especialmente de forma diaria) puede tener un impacto negativo sobre la salud de un paciente. Sin embargo, no se ha investigado suficiente sobre si este tipo de consumo realmente puede provocar o empeorar el daño hepático en pacientes con hepatitis crónica. Drogas de la calle y el hígadoComo la cocaína, la heroína, la metanfetamina, el GHB [gamma-hidroxibutirato], la ketamina y el éxtasis son sustancias ilegales, existe muy poca investigación o información respecto al efecto de estas drogas sobre el hígado en pacientes con hepatitis crónica. La mayor parte de la investigación con "drogas de la calle" (ilegales) se ha realizado en ratones o en tubos de ensayo, no en humanos. A menudo, lo que sucede en el organismo humano es muy distinto a lo que se observa en animales o tubos de ensayo, por lo que es difícil saber si los resultados de estos estudios se ajustan a lo que puede tener lugar en el paciente. La pureza de estas drogas varía. Las sustancias que se les añaden pueden ser dañinas para el hígado, aunque la propia droga no lo sea. Esto dificulta aún más averiguar el efecto del consumo de drogas ilegales sobre la hepatitis crónica. El consumo habitual de marihuana (un cigarrillo o más al día durante varios años) acelera la progresión de fibrosis en personas con infección crónica por VHB y VHC, aunque no se ha comprobado que el uso ocasional de esta sustancia sea dañino. Puedes encontrar información más detallada [en inglés] acerca de estas drogas y el VIH en: www.aidsmap.com/cms1045198.asp. Algunas personas se sienten cómodas con su consumo de drogas, mientras que otras puede que lo encuentren problemático. Si deseas dejar de tomar drogas recreativas, existen lugares donde puedes obtener ayuda. En el recuadro adjunto encontrarás una lista de recursos. Uso de fármacos con recetaAlgunas personas emplean fármacos con receta para "colocarse". Esto puede resultar arriesgado porque los fármacos pueden interactuar con otras medicaciones, provocando un aumento o disminución de sus niveles en el organismo. Si los niveles de éstas son demasiado bajos, la medicación puede dejar de funcionar y, en algunos casos (como en el de la terapia anti-VIH y los antibióticos), pueden aparecer resistencias. Unos niveles demasiado elevados también pueden ser peligrosos, ya que pueden aumentar la toxicidad y los efectos secundarios de la medicación, o provocar una sobredosis. Por ejemplo, midazolam interactúa con el alcohol, la cafeína, las pastillas para dormir, algunos fármacos antidepresivos y ansiolíticos, la anticoncepción hormonal (pastillas para el control del nacimiento), algunos de los fármacos empleados para tratar la tuberculosis, las infecciones fúngicas, la presión sanguínea alta, los problemas cardíacos e, incluso, con los medicamentos para el resfriado (entre otros). Las benzodiacepinas -- una familia de fármacos a la que pertenecen midazolam, diazepam, rohypnol y alprazolam -- tienen una naturaleza adictiva. Los síntomas del síndrome de abstinencia pueden incluir ataques, psicosis y el "efecto rebote", en el que el insomnio o la ansiedad vuelven a aparecer con más intensidad que antes del empleo de estos fármacos. SobredosisEl riesgo de tener sobredosis con determinados fármacos de receta (alprazolam, diazepam, midazolam, triazolam, fentanilo y lidocaína) puede ser mayor en pacientes con cirrosis por hepatitis crónica, puesto que algunos fármacos son procesados en el hígado. FumarEl tabaco tiene un efecto negativo sobre la salud de todo el mundo. La investigación sobre el impacto que tiene el fumar sobre la progresión de la infección por VHB ha arrojado resultados poco claros, dado que la mayor parte de los pacientes en los estudios también consumían alcohol, lo que hace más difícil determinar hasta qué punto afectó el tabaco. Dejar de fumar no es sencillo. Para muchas personas, puede ser un objetivo a largo plazo y quizá no siempre sea su mayor prioridad a corto. Si te sientes preparado para dejar de fumar, deberías hablar con tu médico respecto a posibles modos de hacerlo de una forma más sencilla. DietaUna dieta sana y equilibrada es importante para tener una buena salud general. Las anomalías hepáticas -- como la esteatosis y la inflamación -- son más habituales en personas con sobrepeso. Los problemas de hígado también son más frecuentes entre pacientes que padecen diabetes; el sobrepeso constituye un factor de riesgo de desarrollar esta enfermedad. Cuando las personas obesas pierden peso, es probable que el estado de su hígado mejore. Todos los líquidos y la comida pasan por el hígado para ser procesados. Si se evitan aquellos productos que el hígado tiene dificultad para degradar, se beneficiará la salud de este órgano. La dieta más adecuada en cada caso depende de numerosos factores, como la edad, el peso, el grado de daño en el hígado y los síntomas presentes. Cuando la enfermedad hepática está avanzada, puede ser importante evitar o reducir la cantidad de determinadas comidas, como por ejemplo:
Sí te cuesta perder peso o deseas más información sobre una dieta más sana, puedes pedir a tu médico que te recomiende un nutricionista. Medicina herbalLas terapias herbales han sido empleadas durante siglos para tratar las enfermedades del hígado, pero no pueden curar la hepatitis B. Hasta ahora, ningún ensayo clínico ha demostrado que las terapias herbales resulten seguras y eficaces frente al VHB. De todos modos, muchos pacientes las usan: algunos porque el tratamiento convencional no les ha funcionado, otros por su preocupación acerca de los efectos secundarios de la terapia anti-VHB. Hay que recordar siempre que incluso los productos naturales o herbales pueden producir estrés en el hígado. El cardo mariano (cardo lechoso o silybum) se utiliza a menudo para tratar la hepatitis B, aunque los ensayos clínicos no han evidenciado ningún beneficio. Se sigue investigando la relación entre el cardo mariano y la hepatitis viral. El regaliz (glycyrrhizin) se ha empleado para tratar la infección por VHB en Japón. Existe poca información proveniente de ensayos clínicos respecto a su eficacia. Sin embargo, su uso prolongado puede producir efectos secundarios, como elevación de la presión sanguínea y retención de fluidos, que son especialmente graves en pacientes con cirrosis. Existen numerosas combinaciones de hierbas en venta para tratar el VHB o beneficiar el hígado. Desgraciadamente, estos productos carecen de regulación y pueden variar en cuanto a pureza y potencia. Algunos pueden ser en realidad dañinos para el hígado y otros pueden interactuar con los fármacos anti-VIH u otras medicaciones. Es importante hablar con tu médico sobre la utilización de cualquier terapia o suplemento herbal.
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